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Cali, 28 de abril de 2014. “¿Qué es para mí madera sostenible? ¿Madera legal? Pues es aprovechar el árbol cuando ya haya dado frutos y haya regado semilla. En los territorios tenemos el abarco ya lejos y no se consigue (porque lo cortaban antes de que estuviera maduro)…por eso está en vía de extinción… por eso hay que esperar que dé frutos…”, dijo Laura Marcela Suescun, una de los líderes pertenecientes al Cabildo Indígena de Chigorodó (Urabá antioqueño - Colombia), la semana pasada en Apartadó, durante el taller “Aproximación a la definición de madera legal”. 

El evento, llevado a cabo los pasados 21 y 22 de abril, convocó a gobernadores y a la guardia indígena de diversas comunidades que conforman los Cabildos Mayores de Chigorodó y Mutatá, un territorio de cerca de 60.000 hectáreas de cobertura boscosa en esta importante zona del país: el Urabá antioqueño. 

Cada año, Colombia pierde 48.000 hectáreas de bosques. En esta carrera contra la deforestación, el trabajo para fortalecer la gobernanza forestal y los procesos de legalidad a lo largo de la cadena de producción forestal, son vitales, y la participación de los diversos actores que intervienen en ella, es fundamental. 

“Según el Banco Mundial, el 42% de la madera que comercializa el país es de origen ilegal. En muchos casos, a pesar que la madera cuenta con documentos como salvoconductos y documentación que la legaliza, estos pueden ser dudosos, pues pueden ser falsificados y/o duplicados. En muchos casos, un salvoconducto de la autoridad competente es utilizado por los infractores más de una vez, legalizando así madera de dudosa procedencia y que no cuenta con su debida autorización”, explicó Martha Lucy Mondragón, coordinadora de Gobernanza Forestal de WWF Colombia. “Por ello, la definición del concepto de madera legal para Colombia constituye un hito en favor de la gobernanza forestal y contribuye no solo al ordenamiento del sector, sino también a la construcción de mecanismos y procesos que garantizan el origen legal de la madera”.

Durante el evento, se generó un importante intercambio entre los líderes indígenas tanto en castellano como en su lengua nativa: el Emberá. La dinámica del taller se desarrolló en trabajos en grupo, donde los participantes debatieron en torno al concepto de madera legal y su relación con diversos principios y criterios propuestos por WWF para la definición de madera legal. 

Además, se compartió información sobre lo que significa gobernanza forestal y sus características, y la importancia de la participación de diversos actores y de la transparencia en la toma de decisiones para su ejercicio. 

Asimismo, se habló sobre el trabajo en materia de gobernanza forestal, realizado por CORPOURABÁ en conjunto con los territorios indígenas de Chigorodó y Mutatá. También, se abordó el tema del sistema de control y vigilancia forestal para la región adelantado por esta entidad, y la importancia del papel de las comunidades en la tarea, especialmente en la vigilancia ambiental, lo que constituye una expresión de la participación ciudadana y la conservación de los bosques a largo plazo.

Finalmente, se abordó el tema de definición de madera legal, una experiencia ya adelantada en otros continentes; se trató el proceso en sí mismo, y el por qué y para qué un país debe llevarlo a cabo. Al respecto, Martha Lucy Mondragón concluye que “La definición de madera legal no solo contribuye a la legalidad y sostenibilidad de la madera sino que también facilita el diseño y desarrollo de planes de acción en gobernanza forestal, y debe recoger elementos de la legislación local (reglamentos internos comunitarios), nacional o internacional y ser aplicable a las distintas actividades de la cadena forestal”.

Los resultados de este taller se unen a aquellos dados en el Foro de Definición de Madera Legal del 2011, y amplían el trabajo realizado en esa ocasión, en cuanto a la revisión de los principios para dicha definición. Este taller fue organizado por WWF Colombia, a través del proyecto “Avanzando hacia un comercio mundial de madera legal y sostenible, a través del Plan de Acción FLEGT de la UE”, cofinanciado entre WWF Reino Unido, WWF Colombia y la Unión Europea. Además, cuenta con el apoyo de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Urabá (CORPOURABÁ).