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Existen límites técnicos que impiden tratar múltiples preguntas, o más precisamente, aportar respuestas de buena calidad a una cantidad excesiva de preguntas. Esta guía recomienda no exceder las diez preguntas.
Cómo elegir las preguntas claveIdentificar las preguntas
Se propone una primera versión de las preguntas de evaluación sobre la base de:
- El análisis de la lógica de intervención.
- El análisis de la razón de ser de la intervención.
- Cuestiones que han justificado la decisión de lanzar la evaluación.
- Cuestiones a estudiar, según esté establecido en los términos de referencias.
- Preguntas planteadas en la evaluación ex ante, llegado el caso.
En una segunda versión, la lista y la formulación de las preguntas además tienen en cuenta:
- Las cuestiones planteadas por los informantes clave al inicio de la evaluación.
- Las expectativas de los miembros del grupo de referencia.
Evaluar la potencial utilidad de las respuestas
Más tarde, conviene evaluar la potencial utilidad de las respuestas, bajo el supuesto de que la evaluación aportará respuestas de buena calidad. Para cada pregunta prevista, se trata de saber:
- ¿Quién debería utilizar la respuesta?
- ¿Cuál es la utilización esperada: conocimiento, negociación, decisión, comunicación?
- La respuesta, ¿llegará a tiempo para ser utilizada?
- ¿No se conoce ya la respuesta?
- ¿No existe otro estudio (auditoría, balance) en vías de desarrollo y susceptible de aportar respuestas?
Si se somete la elección de las preguntas a un debate en reunión, tal vez sea interesante clasificarlas en tres categorías de potencial utilidad: más elevada, media y menos elevada.
Verificar que no haya un olvido grave
La experiencia muestra que los olvidos más perjudiciales para la calidad de una evaluación tienen que ver con:
- Las preguntas de eficiencia y de sostenibilidad.
- Las preguntas que se refieren a efectos negativos, en particular si dichos efectos incumben a los grupos desfavorecidos.
- Las preguntas correspondientes a los efectos a muy largo plazo.
Evaluar la factibilidad de las preguntas
Se debe examinar la factibilidad (evaluabilidad) de una pregunta, siempre que antes se haya examinado su utilidad.
A tal efecto, conviene consultar:
- El servicio que gestione la intervención.
- Uno o varios expertos en el tema.
- Uno o varios profesionales de la evaluación.
Si se somete la elección de las preguntas a un debate en reunión, tal vez sea interesante clasificarlas en tres categorías:
- Probabilidad elevada de obtener una respuesta de buena calidad.
- Probabilidad media.
- Probabilidad débil.
Si una pregunta es potencialmente muy útil pero difícil de tratar, conviene investigar si no hay otra pregunta similar que sea a la vez más fácil e igualmente útil. Por ejemplo, si una pregunta se refiere al impacto relativamente lejano o global, probablemente se podrá mejorar su factibilidad basándola en el impacto inmediatamente anterior en la lógica de intervención.
Debatir sobre la elección de las preguntas clave
La elección de las preguntas clave está sujeta al debate en la etapa de la reunión inicial.
La selección es incluso más exitosa cuando se han consultado los potenciales usuarios, quienes se apropiaron de las preguntas seleccionadas y no se ha censurado ningún punto de vista legítimo.
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