Hojas de ruta en los países graduados: el caso de Uruguay
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Uruguay es uno de los países de Latinoamérica que según la categorización del Banco Mundial puede clasificarse entre los “Países con Ingresos Altos”. Al entrar en esta categoría, la cooperación internacional y bilateral prácticamente ya no desempeña ningún papel en el país. Con todo, la Delegación de la UE de Montevideo, aun siendo pequeña y teniendo recursos limitados, sigue desempeñando un papel importante en el desarrollo e implementación de la Hoja de Ruta de la UE para el compromiso con la Sociedad Civil.
Aunque en muchos países las Hojas de ruta suelen centrarse en torno al papel de la sociedad civil en el desarrollo y la democratización, en Uruguay la Hoja de ruta se centra fundamentalmente en la mejora del diálogo político de las organizaciones de la sociedad civil (OSC) con el gobierno. Según Susana El-Kum, experta en el Mecanismo de Apoyo de la Hoja de ruta que recientemente ayudó a la Delegación de la UE de Montevideo con la redacción de la Hoja de ruta, la reciente transición del país al grupo de países graduados supuso una reducción de los fondos disponibles para las OSC. Por consiguiente, la Hoja de ruta de Uruguay para el compromiso con la Sociedad Civil hace hincapié en el aumento de la interacción entre las OSC y el gobierno, a fin de reforzar el papel de estas organizaciones en Uruguay.

Como desde comienzos de 2014 Uruguay se encuentra en la lista de países graduados, ya no puede optar a los instrumentos financieros de la UE para la cooperación al desarrollo. Así, en Uruguay la Hoja de ruta se centra fundamentalmente en un proceso de compromiso político más que en la financiación. El proceso de redacción de la Hoja de ruta ha permitido el relanzamiento del diálogo con las OSC y el establecimiento de contactos con organizaciones de un amplio abanico de actores, incluidas organizaciones sociales, redes, representantes del sector privado, cooperativas, eruditos, centros de investigación y defensores de los derechos humanos.
Al mismo tiempo, existe una enorme demanda de las OSC para la creación de espacio de diálogo con los donantes. Este mecanismo debe suponer un diálogo continuo y constructivo con la sociedad civil, estableciendo conversaciones habituales entre múltiples partícipes, basándose en sectores o temas específicos como la educación, el género, los derechos humanos o el medio ambiente. Asimismo, este diálogo debe incluir al mundo académico, el sector privado y el sector público, cuando sea posible.
“Lo bueno de las OSC en Uruguay”, afirma Susana El-Kum, “es que están muy bien organizadas y saben lo que quieren. Por lo tanto, la interacción con ellas, también para la Delegación de la UE, es bastante sencilla. De esta manera, también buscamos formas en que puedan coliderar la implementación de la Hoja de ruta”.
En Uruguay, el compromiso de la UE con la Sociedad Civil hasta la fecha ha contribuido en gran medida a mejorar la cohesión social y la participación civil en el país. La cooperación con Países con Ingresos Altos y Medios de Latinoamérica puede ser terreno abonado para probar un nuevo tipo de cooperación centrada en la inclusión y la cohesión social, los derechos humanos y el respeto por el medio ambiente. Por consiguiente, los programas regionales no deben olvidar el importante papel que la sociedad civil puede desempeñar para fomentar sociedades más incluyentes. Por ejemplo, los programas que promueven las relaciones entre Europa y Latinoamérica también deben promocionar la cooperación Sur-Sur y la cooperación triangular, a fin de fomentar las relaciones horizontales entre socios.
Si precisa más información y ejemplos de las Hojas de ruta de la UE para el compromiso con la Sociedad civil, le invitamos a consultar el informe “Taking stock on the Roadmap process in Upper Middle Income and Upper Income countries.”
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