PROGRAMA DE SEGURIDAD ALIMENTARIA, NUTRICIÓN Y RESILIENCIA EN EL CORREDOR SECO (EUROSAN).
Honduras se encuentra situado en el istmo centroamericano, con una extensión territorial de 112.492 km2 y dividida administrativamente en 18 departamentos y 298 municipios. Según estimaciones al mes de mayo de 2013, el país cuenta con una población de 8.5 millones de habitantes. Honduras es un país que presenta altos niveles de pobreza, ya que el 64.5% de los hogares hondureños cuentan con ingresos que se encuentran por debajo del costo de una canasta básica de consumo que incluye alimentos y otros bienes y servicios. El 42.6% de la población se encuentra en extrema pobreza, calculada como insuficiencia de ingreso para adquirir la canasta básica alimentaria, siendo el área rural la más afectada por estos índices.
Gran parte de la extrema pobreza y de la desnutrición crónica de Honduras se concentra en la zona oeste, centro y sur del llamado Corredor Seco. Debido a una estación seca prolongada y precipitaciones cada vez más inestables en la estación húmeda (sequia e inundaciones), los rendimientos del maíz y frijol apenas llegan a la mitad del promedio nacional cuando no se pierden total o parcialmente. Como resultado de ello, la pobreza es un fenómeno generalizado y más del 30% de los niños menores de 5 años sufre de desnutrición crónica en los municipios pobres del Corredor Seco.
La pobreza y la inseguridad alimentaria en Honduras en su mayoría son de base rural, lo que refleja una realidad de exclusión. Los porcentajes de pobres y extremadamente pobres han cambiado poco en los últimos años, e incluso deteriorado después del 2009. En cifras absolutas, el número de hondureños urbanos y rurales pobres sigue creciendo, a pesar de las medidas de pobreza utilizando el enfoque de las necesidades básicas. Honduras con un coeficiente de Gini de 57,4 es también uno de los casos más extremos de la desigualdad en América Latina.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) estima que el 60% de los hondureños viven en inseguridad alimentaria. Los factores que contribuyen a este alto nivel de inseguridad alimentaria son la pobreza extrema, el acceso limitado al agua potable, el saneamiento deficiente, la lactancia materna insuficiente, y una dieta deficiente en nutrientes. La crisis nutricional rural de Honduras no sólo está vinculada a la pobreza, sino a un contexto cultural cambiante. Los pobres rurales solían tener acceso a los bienes de consumo y una amplia variedad de productos alimenticios. Pero el acceso ha colapsado y la dieta se ha reducido a siete productos básicos: maíz (tortillas), frijoles, a veces, café, azúcar, grasa de alguna forma, espaguetis o arroz y sal. Por otro lado, aperitivos envasados modernos y las bebidas azucaradas han penetrado en las zonas rurales a tal punto que se han convertido en una parte integral de la dieta rural.
Los medios de subsistencia de la población rural pobre en Honduras consisten principalmente en granos básicos de subsistencia, cultivados con prácticas antiguas y de baja productividad, especialmente en el Corredor Seco. Los rendimientos de maíz son 14,8 quintales por manzana (qq / mz), en comparación con el promedio nacional de 26.6. Los costos siguen aumentando más rápido que los rendimientos y los precios, ya que se necesitan más fertilizantes para compensar la degradación del suelo. El otro cultivo importante de la región es el café.
No sólo los granos básicos, sino la agricultura en general siguen siendo el motor principal de los ingresos rurales y el empleo, generando el 38% de todo el empleo y el 60% del empleo rural. Pobre infraestructura (especialmente de carreteras secundarias y terciarias), inversión limitada para el riego, semillas, herramientas y otros insumos básicos, prácticas anticuadas, y cultivos de bajo valor refuerzan la baja productividad, los altos niveles de pobreza rural, y la desnutrición. En este contexto, la experiencia muestra que los rendimientos y la producción de los pequeños agricultores pueden aumentar significativamente (triplicarse, en algunos casos) con una inversión limitada en los insumos agrícolas y asistencia técnica, así como organización. La sostenibilidad debe entonces lograrse mediante el fortalecimiento del capital institucional y humano a nivel local y regional. El desafío que enfrenta Honduras es la incorporación de la población rural pobre en el mercado como agentes de desarrollo que están involucrados en la acumulación de capital. Al mismo tiempo, la lucha contra la pobreza rural ha sido identificado por el gobierno como esencial para abordar los orígenes de otros temas interrelacionados, como la migración interna y externa, las viviendas marginales urbanas y la violencia.
Dentro de la población de pobres rurales, existe un subgrupo que es aún más marginado: los indígenas (Lenca y Chorti en el Corredor Seco). Ellos, en promedio, tienen las dietas más limitadas de todos los hondureños. Las tasas de desnutrición crónica en menores de cinco años pueden alcanzar (en las localidades más pobres) más del 80%. El analfabetismo también es alto, ya que tienen un promedio de cuatro años de escolaridad. Sus economías son predominantemente de subsistencia. Sus tierras tienen muy baja productividad agrícola y poca infraestructura. Su inserción en el mercado es precaria ya que están socialmente marginados.
La plataforma política de la actual administración se llama el Plan de Todos para una Vida Mejor y se centra en cuatro áreas: i) la paz y la erradicación de la violencia, ii) la generación de empleo, incluida la competitividad y la productividad, iii) el desarrollo humano, la reducción de las desigualdades y la protección social, y iv) la transparencia y la modernización del Estado.
EUROSAN está en consonancia con el Plan de Todos para una Vida Mejor y contribuirá al desarrollo económico y la inclusión social a través de:
• El aumento de la disponibilidad de granos básicos, gracias a la expansión de la superficie cultivada y el uso de mejores tecnologías.
• La expansión de la cobertura de servicios de salud a través de modalidades más eficaces, incluyendo la descentralización. La reducción de la desnutrición crónica entre los niños menores de cinco años es un indicador tanto de EUROSAN como del Plan de todos para una vida mejor.
1.1.Situación actual del sector
En el marco de la Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (ENSAN) se ha logrado desarrollar desde 2010 una institucionalidad que define responsabilidades de distinto nivel para la atención del sector. La Ley de SAN (2011) crea el CONASAN que es la instancia de más alto nivel en toma de decisiones, integrando secretarios de Estado, sociedad civil, empresa privada, confederaciones de trabajadores, organizaciones campesinas y academia. Desde 2009 ha venido funcionando a nivel técnico y con carácter consultivo un Comité Técnico de SAN (COTISAN) que integra unas 32 organizaciones del sector, lo que ha asegurado una amplia y sistemática participación (4 reuniones ordinarias por año).Así mismo se ha integrado una instancia de vigilancia (COVISAN) que tiene reciente funcionamiento y que asegura una acción pública transparente y enmarcada en el respeto al derecho a la alimentación. En todo este proceso ha sido importante el apoyo de la Unión Europea en el marco del Programa de Apoyo a la Seguridad Alimentaria (PASAH) y el PRESANCA a nivel regional (SICA), así como de instancia especializadas como la FAO.
La Unidad Técnica de Seguridad Alimentaria y Nutrición (UTSAN) fue creada en 2009 para el seguimiento y evaluación de la ENSAN, así como la coordinación de las intervenciones en el sector. A nivel municipal, UTSAN ha promovido la organización de Mesas Regionales de Seguridad Alimentaria y Nutricional como un mecanismo para lograr amplia participación local. Actualmente funcionan 7 Mesas Regionales de SAN con muchos de los municipios también organizados en Mesas Municipales.
A partir de 2014, en el marco de la actual administración, se han efectuado cambios generales de la estructura de Gobierno, pasando a crearse distintos Gabinetes Sectoriales encabezados por un Secretario Sectorial que tiene la función de unificar y orientar la marcha de varias Secretarias de Estado, institutos y programas del mismo sector. Así se crea la Secretaria de Desarrollo e Inclusión Social cuyo titular tiene bajo su esfera de acción la salud, la educación, el Instituto Nacional de la Mujer, el Centro Nacional de Educación para el Trabajo (CENET) y varias otras organizaciones y programas. En la Secretaria de Desarrollo e Inclusión Social se ubica administrativamente la Unidad Técnica de Seguridad Alimentaria y Nutricional (UTSAN). La UTSAN también coordina con el Gabinete Sectorial de Desarrollo Económico para los aspectos que tienen que ver con los componentes de disponibilidad y acceso de la seguridad alimentaria.
Durante 2013 y 2014 desde la UTSAN se ha desarrollado la coordinación de la ENSAN con las políticas del sector agroalimentario, su vinculación con la atención a emergencias alimentarias a consecuencia de sequias o inundaciones, y también con el Poder Legislativo (Congreso Nacional) para la elaboración y consulta de otras leyes complementarias a la Ley SAN, por ejemplo la Ley de Alimentación Escolar (en consulta a nivel nacional). Desde la UTSAN también se ha diseñado y gestado técnicamente la Alianza para el Corredor Seco (ACS), lo que hará necesario su fortalecimiento para enfrentar las tareas de monitoreo y evaluación que implica la Alianza.
En Honduras, la inseguridad alimentaria ha sido tradicionalmente arraigada en la ausencia de una visión de desarrollo, que reconozca a los pobres rurales como jugadores clave en el cambio del círculo vicioso de descapitalización de las zonas rurales, un proceso que se alimenta de los problemas de gobernabilidad del país. En la década de 1990, la Ley de Modernización Agrícola eliminó los servicios públicos de extensión agrícola y reorientó la Dirección de Ciencias y Tecnologías Agrícolas (DICTA) hacia la investigación y la innovación. A través de la ACS, sin embargo, la actual administración está dispuesta a restablecer los servicios de extensión agrícola para pequeños productores operados por las mancomunidades y los gobiernos municipales. Es el reconocimiento de la rentabilidad económica de las inversiones rurales a pequeña escala. El gobierno se comprometió al equivalente de unos € 7.500.000 al año para el ACS.
La ACS está compuesta por las instituciones gubernamentales, los organismos donantes y las organizaciones que trabajan activamente en seguridad alimentaria. La ACS es responsable de proponer los objetivos y reglas por las que estos actores interactúan. El enfoque general no se limita a la agricultura, sino que abarca todo el proceso de alimentación y nutrición. Los principales objetivos de la alianza son: sacar 50 mil familias de la pobreza extrema antes de 2019, reducir la desnutrición en un 20% en las comunidades de destino, y sentar las bases de un crecimiento rural continuo, por medio de la inversión en la agricultura, la nutrición y la infraestructura.
La estrategia de desarrollo de ACS se basa en:
• Desarrollo de la capacidad crítica de los diversos niveles de gobierno como agentes de cambio;
• Mejora de la seguridad alimentaria y la nutrición de la población rural a través de los sistemas de innovación tecnológica dirigidos al cambio social y económico de todos los interesados.
• Mejora de la productividad, la nutrición, la rentabilidad, los ingresos y el empleo;
• Fortalecimiento de la capacidad de seguimiento y evaluación del gobierno central.
El objetivo general del proyecto se enfoca en mejorar la seguridad alimentaria y nutricional de 15.000 familias rurales mediante (i) la creación de sistemas agrícolas sostenibles que permitan incrementar la producción de alimentos; (ii) el apoyo a la educación y la nutrición; y (iii) el fortalecimiento de las instituciones nacionales y locales en las regiones con mayores índices de pobreza, el cual está vinculado a las prioridades del Gobierno de Honduras.
El objetivo del presente Contrato es asegurar la Asistencia Técnica (AT) en el marco del objetivo específico del proyecto EUROSAN que consiste en la construcción de 10 mancomunidades resilientes con seguridad alimentaria en el Corredor Seco Hondureño, a través de la implementación de los pilares de la SAN a nivel local, fortaleciendo las capacidades de las autoridades locales, como ser mancomunidades y las municipalidades que congregan, fomentando un proceso altamente participativo de los beneficiarios finales, con la construcción de sistemas de producción sostenibles y resilientes.
La AT apoyará de manera eficaz y eficiente la unidad coordinadora del EUROSAN, así como instituciones involucradas en la ejecución del programa, mediante seguimiento, supervisión, asesoría, y facilitación de procesos de coordinación. Su fin es lograr una ejecución del EUROSAN conforme a las Disposiciones Técnicas y Administrativas (DTAs) y los Presupuestos-Programa aprobados, respetando los tiempos de ejecución establecidos en el Convenio de Financiación.
También apoyará las actividades en el terreno y el crecimiento técnico-gerencial tanto de las oficinas centrales de UTSAN como de los actores locales (instituciones y comunidades organizadas).